"Al amanecer, Jesús se presentó en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. Él les gritó: 'Hijos, ¿no tienen peces?' 'No', respondieron. Él les dijo: 'Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán'. Cuando lo hicieron, no pudieron sacar la red debido a la gran cantidad de peces." (Juan 21:4-6)
Tras el trauma de
la crucifixión y los confusos informes de la resurrección, los discípulos se
encontraban en una encrucijada. La vida se sentía incierta. Así que hicieron lo
que muchos de nosotros hacemos en momentos de dolor o confusión: regresaron a lo
familiar. Para ellos, eso era pescar.
Pero incluso en
esta tarea familiar, fracasaron. Una larga noche no les trajo nada. Redes
vacías. Agotamiento. Desánimo. Y entonces, una voz desde la orilla, aún
desconocida, ofreció una extraña sugerencia: probar el otro lado. Hay algunas
lecciones que podemos aprender de este pasaje.
Lección 1:
Obediencia antes que comprensión
La instrucción de
Jesús parecía casi ridícula. Eran pescadores experimentados. Lo habían
intentado todo. ¿Qué diferencia habrían hecho unos pocos metros? Pero los
discípulos obedecieron, y la abundancia llegó.
A menudo queremos
entender antes de obedecer. Pero Dios a menudo nos llama a confiar antes de
explicar. La verdadera fe obedece incluso cuando no tiene sentido. Ya sea
perdonar a alguien que nos lastimó, dar cuando las finanzas son escasas o
compartir el evangelio con alguien que parece desinteresado, la obediencia
precede al milagro. Permíteme preguntarte: ¿En qué lado correcto del barco
te pide Dios que confíes hoy? No esperes a entender, obedece.
Lección 2: Dios
nos encuentra al final de nuestro camino
Jesús no apareció
cuando las redes estaban medio llenas ni cuando los discípulos aún tenían
esperanza en sus técnicas. Él apareció después de que habían agotado todos sus
esfuerzos. ¿Por qué? Porque ahí es donde el orgullo se desvanece y la
dependencia es posible. La gracia de Dios a menudo espera el momento en que
dejamos de esforzarnos y empezamos a rendirnos. Cuando dejamos de confiar en
nuestras fuerzas, finalmente estamos listos para apoyarnos en las suyas.
¿Intentas superar una situación sin Dios? Quizás Él esté esperando tu
rendición.
Lección 3: La
respuesta suele estar más cerca de lo que pensamos
La diferencia
entre el fracaso y la plenitud era la anchura de la barca. Apenas unos metros.
Pero la clave no era la distancia, sino la dirección. La clave era escuchar
y obedecer a Jesús. A veces pensamos que Dios está lejos, que su respuesta
está fuera de nuestro alcance. Pero ¿y si está ahí mismo, a la derecha de la
barca, esperando nuestra obediencia? La solución a lo que estás orando puede
que no esté ahí fuera. Puede que esté justo donde estás, si escuchas
atentamente y sigues la guía de Dios. Reflexiones finales
Este encuentro después
de Jesús haber resucitado nos recuerda que Jesús no es solo el Señor de la
tumba vacía, sino también el Señor de las redes vacías. Él permanece a la
orilla de nuestro cansancio, llamándonos con ternura, invitándonos a confiar de
nuevo en Él. Él sigue multiplicando. Él sigue llenandonos.
Él sigue hablando. Y todavía bendice la obediencia, incluso cuando no
tiene sentido.
Oración
Señor Jesús, a
veces me siento exhausto, desanimado e inseguro de qué hacer. Gracias por
encontrarme justo donde estoy. Enséñame a obedecerte, incluso cuando no lo
entiendo del todo. Ayúdame a confiar en tu voz, a entregar mis planes y a
seguirte adondequiera que me guíes. Que nunca me canse de escuchar tu llamado y
que mi vida se llene del fruto de la obediencia fiel. Amén.
Que el Senor te
bendiga y te guarde y que estas palabras te ayuden a renovar tu espíritu.
Dr. Dimas Castillo
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